Un problema alarmante es el diagnóstico tardío
en fases avanzadas, mismo que se presenta incluso en países con un mejor
desarrollo en materia de salud, lo que en muchas ocasiones resulta mortal para
el paciente.
La Organización
Mundial de la Salud se ha preocupado por que los países adopten medidas
para la planificación y atención en materia de salud para aumentar las
posibilidades de un diagnóstico temprano del cáncer y, con ello, asegurar un
tratamiento efectivo que se ajuste a la condición del paciente.
En la mayor parte de los casos, los síntomas se
deben a causas externas a un posible
cáncer,
pueden ser provocados por un
tumor benigno o por otras complicaciones en
la salud del paciente. Sin embargo, cuando un síntoma es persistente es
necesario acudir con su médico de cabecera para que le realice un diagnóstico
más exacto y a fondo, para descartar toda enfermedad posible o diagnosticarla a
tiempo en su debido caso.
En algunas ocasiones el cáncer no causa dolor
alguno, si presenta algunos síntomas anteriormente mencionados con
persistencia, es mejor acudir con su médico.
Los tumores cancerosos son los que se conocen
como “malignos”, es decir, pueden dividirse hasta el punto de expandirse e
invadir tejidos cercanos y células. Pueden incluso formar nuevos tumores
lejanos al primer existente, transportándose por medio del sistema linfático o
del circulatorio.
Los tumores benignos, al contrario de los
malignos, no se propagan a los tejidos sanos o cercanos, pero sí pueden crecer
en volumen. En el mejor de los casos pueden extirparse de forma exitosa, sin
que se vuelvan a presentar de nueva cuenta.